
Anoche, cuando dormías
acostadita en tu cama
escuché que te reías,
hijita... ¿con quién soñabas?
¿Es que, acaso, el angelito,
(el de los rizos dorados)
te llevaba por el cielo
tomadita de su mano?
O, ¿tal vez, daban saltitos
en las nubes de algodón
y el angelito, ¡tan lindo!
te enseñaba su canción?
“Ven, Andreita, corre,
que el cielo te he de mostrar.
Ven, niñita, que las nubes
¡nunca se desinflarán!”
Y, de pronto, sin aviso,
el angelito te dio
en la carita un besito...
¡y Andreita, se rió!
(Chari, dedicado a mi hija Andrea, julio 18, 1986. Copyright © Library of Congress)
1 comentario:
que ternura...felicitaciones, muy lindo..
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